un par de plumas
de serpiente.
Brotáronme después,
como una fuente,
las alas.
Tan grandes fueron,
tan profundas,
que nunca más
pude volver a
volarme
del azul al morado,
del morado a la luz.
Zarco pez
que en cardumen
a mirado coral
reverdeces.
(Florece,
crece,
padece y perece).
Ya se fue a
ninguna parte,
Donde de mi entraña,
cosecha una
serpiente emplumada.
Respe Coatli
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